Adagio.

Hoy en día el tiempo es una de las mayores complicaciones.
El tiempo no pasa, el tiempo no cura, el tiempo cura a unos pocos, el tiempo destruye, el tiempo da frutos, el tiempo nos corre. El tiempo desespera, me desespera.
Como si no fuesen suficientes los problemas con el tiempo que está a tiempo, existen los problemas con el tiempo que no lo está. Con el destiempo.
Esperamos, dejamos que pase para decirnos las cosas, dejamos que pase para interesarnos, dejamos que pase para hacer algo, dejamos que pase para estallar. Todo lo que vivimos es en base a nuestro tiempo y nunca tenemos consideración por el tiempo del otro, así llegamos a la desincronización. Yo digo ahora, él dice antes. Yo digo antes, ella dice después. El día que yo diga después me dirán cualquier momento menos el que yo planteo. Surgen las complicaciones, surgen los reproches.
A: -Por qué no te mantuviste en mi tiempo (tA)?
B: -Por qué no te mantuviste vos en el mío (tB)?!
Definitivamente A no se encontraba en tB porque estaba en tA. Y viceversa. Ambos deberían ser un poco más sensatos y entender la imposibilidad física del otro para estar en el tiempo propio. Con un poco de optimismo, y suerte, llegará el tiempo correcto para ambos (podríamos llamarlo tAB).

El tiempo se aplica a la vida como se aplica en la música, solo hay aprender a manejarlo.